Es una forma inclusiva de organizar el aula. Consiste en distribuir el aula en cuatro o cinco grupos heterogéneos a cargo de un adulto que se encargará de dinamizarlo y asegurarse de que todos y todas participan (no explican). Cada quince o veinte minutos se cambia de actividad rotando en un sentido establecido. El alumnado cambia de lugar pero el adulto voluntario permanece en el mismo sitio, de tal forma que al terminar todos y todas han realizado las actividades del área instrumental en cuestión.
Al taller asistieron casi veinte personas entre familias y profesorado. Pronto comenzaremos a implementarlo en las aulas que lo pidan. A partir de esto se ha creado una comisión de formación y otra de voluntariado que se encargará de recoger la disponibilidad del voluntariado y gestionará las peticiones del profesorado.
Más información en el Informe Includ-ed.
Enlace a Comunidades de Aprendizaje.
