En un huerto escolar se pueden hacer muchas cosas, también plantar o sembrar. Las interacciones de los niños y niñas ante el asombro que produce ver crecer una planta o un fruto favorece un clima de compañerismo y cordialidad que mejora el clima de aula. Las asambleas de aula en momentos posteriores acogen todas las emociones surgidas en el huerto.
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